24 de abril de 2014

Yo Tan Bella Y Tu Tan Bestia. (Capítulo 1)

Alguien se aclaró la garganta ruidosamente haciéndose notar a pocos pasos del lugar donde me encontraba. Miré hacia arriba y me encontré con sus penetrantes ojos verdes, me sonrió ¡Que bonita sonrisa! Sus perfectos dientes blancos me deslumbraron por completo.
 -Hola
 ¡Esta hablando! Pues claro que esta hablando tonta ¿Es a mi? ¿Me habla a mi? ¡Claro que si y esta esperando que contestes! Me puse nerviosa.
 -Hola...
 ¡Esos ojos! Un escalofrío me recorrió, siempre me pasaba cuando lo miraba, el era tan increíblemente perfecto... ¿Cuantas veces había soñado ese momento? En la soledad de mi habitación imaginaba una y mil veces como el se acercaba y me hablaba, nos conocíamos, me invitaba a salir... ¡Cuantas veces me había imaginado como la novia de el! Estando de la mano, juntos, felices... Lastima que el no supiera de mi existencia hasta ese mismo instante... ¡Me estaba hablado! Que nervios... ¡QUE NERVIOS! Estaba temblando de euforia, alegría, emoción... ¡Todo al mismo tiempo! Sentía un cosquilleo en todo mi cuerpo.
 -¿Eres Anastasia no?
 -Er... No, digo... ¡Si! Osea, me llamo Anastasia pero me dicen Ana...
 Automáticamente enrojecí ¡Que vergüenza! A mi lengua le costaba moverse y estaba hablando entrecortado. ¿Que pensaría el de mi? Seguramente pensaría que era una cría, una tonta... El sonrió ¿se estaría riendo de mi o estaba siendo amable? Mierda.
 -Bueno, Anastasia, yo soy Christian.
 ¡Ja! Ya se que eres Christian, que hace una semana que estas soltero, que no se te da muy bien estudiar, que tu mayor pasatiempo es el fútbol y que eres tan guapo que las chicas suspiran cuando tu pasas... ¡Todo eso ya lo se! Por eso mis piernas temblaban ahora mismo, mi corazón latía a mil por hora y agradecía estar sentada, porque estaba segura que no me podría aguantar de pie.
 ¿Que quería? No me aguantaba, sentía unas ganas increíbles de gritar. Hacía dos semanas que estaba en ese odioso instituto, no había hablando aun con ningún chico, todos preferían evitarme, eso era, evitar a la “bicho raro”.
  -¿Eres la nueva, verdad? Te he visto algunas veces... Siempre caminas sola.
Claro ¿Como no iba a caminar sola si todos me evitaban? Quizá pensaban que no los escuchaba murmurar por los pasillos cuando yo pasaba, o reírse por mi torpeza... Lo miré de nuevo, recordando que el también era una de esas personas y me prometi ser mas brusca con el.
-¿Que quieres?- Le dije sin rodeos.
El me miró fijamente a los ojos y me arrepentí, ay, esa mirada... ¿Poqué mundo cruel? ¿Te has puesto en mi contra? Pero que digo, el mundo nunca estuvo a mi favor.
-Yo... El profesor Carter me dijo que hablara contigo, dice que necesito clases particulares y que tu podrías ayudarme.
Me quedé momentáneamente en shock. ¿QUE?
- Claro.
Carter era nuestro profesor de Historia, exigente y aburrido... Esta era mi oportunidad, mi oportunidad de acercarme a Christian y no la iba a desperdiciar.
-Bien, esto... ¿Cuando puedes quedar? ¿En mi casa o en la tuya?
¡Oh, dios mio! Tenía la oportunidad de ir a su casa... Pero no podía pasar todos los días fuera de la mia.
-¿Que te parece, un día en mi casa y otra en la tuya? Lunes, miercoles y viernes a las cinco y media?
El exhibió una gran sonrisa y por un momento creo que se me paró el corazón. A duras penas se la devuelvo.
-Perfecto, ahora dame tu mano.
Okey, me perdí, pero igualmente extendí mi mano hacia el. De su bolsillo trasero sacó un boligrafo y escribió algo en el, me miró dejando ir mi mano, sonrió.
-Por si surge algún problema.
Miré embobada como se alejaba, con su camiseta negra marcandole los músculos y sus andares de leon. Cuando desapareció de mi vista, miré mi mano y casi me da un infárto, allí estaban nueve dígitos y una carita sonriente. ¡¡¡Tenía su número de teléfono!!!

 Yo Tan Bella Y Tu Tan Bestia. (Capítulo 1)

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