Estoy sentada en mi cama, leo viejas
conversaciones y a medida que me pierdo entre dulces palabras, un
nudo se va formando en mi garganta. Todo lo que teníamos, todo, se
desvanece. Creo que estuve mal, creo que estuvimos mal. Solo quiero
retroceder el tiempo y poder haber parado esto, haber marcado un
“basta” en el momento adecuado... ¿Es hora de decir adiós? ¿Es
hora de ponerme a llorar y decir un último “te amo” ? Mantengo
la esperanza de que todo vuelva a la normalidad, como siempre...
Pongo toda mi fe en que sea así, poder hablar, llorar, reír de
nuevo. No se que siento, no se que quiero, no se quien soy ni en
quien me he convertido. Mi estúpido orgullo se eleva y hace de las
suyas, como siempre. No he marcado el límite, no he puesto un final
a algo que no debería haber ocurrido, no he tomado el rumbo de nada,
estoy atascada y no se como salir. Todo se ve mas claro, todo lo
escucho mas fuerte, siento todo mil veces mas, y las sensaciones me
aturden. Quiero llorar, pero no lo hago, no puedo hacerlo. Tengo
frío, y quiero taparme, pero es inútil intentarlo, porque el frío
viene de adentro. La música suena en mis oídos, la letra retumba en
mis pensamientos... “Eres, lo que mas quiero en este mundo, eso
eres”... La letra es demasiado exacta y siento que se burla de
mi.. Palabras vienen a mi mente, palabras de disculpa,
arrepentimiento, remordimiento... Todo golpea mi mente con fuerza y
me cuesta respirar. No se que quiero, no se que hacer. Quizá lo
tenía delante mio todo este tiempo, el final. ¿Esto es el fin?
Duele. -Jesica Bignoli.
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